viernes, 1 de febrero de 2019


Oh acurrucada isla
yo también soy una plapla
el fementido ridículo del abecedario 
soy el lápiz que con voz negra
dibuja blancas ovejas
nostalgias de alter egos quedados aquí
que han de ser océanos que no olvidará mi memoria
iba a nacer desde el útero como destino o remordimiento
iba a querer tumbarme como una piedra sumergida
en una ciudad guardada para el tránsito de los límites  
iba a ser pájaro que se aleja y descubre su no-lugar
pero soy una mancha que nunca quiso ser vocal o cuerpo
o palabra herida con blancura más rauda
soy una plapla irreverente
gris
como un filo más filo
un pecho más ancho donde el sitio exacto implosiona
sin pertenecer ni figurar a pie de página
alguna leyenda que me enumere
plapla
hacia aquella ingravidez parecida al naugrafio
rebanando los días como un perro sinsentido
el acto cumplido de ser absurdo es la séptima palabra
la del reposo sin yacer


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