Te desvestiste de la soledad y no pasó
nada
escasamente diferenciaste la luz
de ella el germinal resplandor en los tragaluces
te sentaste a morir
cerraste tus párpados a la vida
y fue en vano
la luz arrancó con luz tu cuerpo de raíz
pero otro nacimiento implica un preciso
habitar
un ser
estar viva
en los rescoldos se dispare un cielo que no
esconderías
esas chispas difíciles de apagar
rectilíneas conviertan todo cuerpo en
presa
todo negro en blanco perfecto
muchacha
volvamos al comienzo
a tu cuerpo descorchando un útero
repetir con los ojos habitados
el acto del gritar con un eco intacto
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