No hay lanza
ni piedra
para arrojar el corazón
no hay una habitación blanca
ni una ventana
para esconder la muerte
no hay oídos
ni tachaduras
ni perlas que corten el cuello como tus palabras
no hay miedos
ni rincones
que duelan más que tu cuerpo sobreviviente
no hay más silencio ensordecedor
ni claraboyas
para mirar dentro de tu pecho
no hay justificación
ni sitio bajo el algarrobo
para corromper tu mar
muchacho de todos los miedos
las sombras y los gorriones
no hay noche
ni soga
que sepa más de tu pavor de moneda
rodar como un pétalo
ah! si saltas al ruedo
tendré que abrazarte
con estas perras ganar de maullar
y lo que quede sea nuestra piel
de la tierra crezca el animal que vomita la sed
seamos reflejo para olvidar el amor
el caos
transgredir algunas leyes de la ubicuidad
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