Padre
desde otra esquina de la vida te hablo
sin que nadie escuche la caída de brazos como astros
sin que nadie vuelva el rostro a mirar mis lagrimas
sin que nadie vuelva el rostro a mirar mis lagrimas
ni me acompañe a decir adiós en esta ventana o en otra
donde se crucen los recuerdos y dejen entrar la luz
donde se crucen los recuerdos y dejen entrar la luz
adiós precisamente ahora
en que solo tu estar parecía tangible
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